La Cueva de Candamo Asturias
La Cueva de Candamo o la Caverna de la Peña de Candamo está situada en el concejo asturiano de Candamo en el pueblo de San Román.
Aunque de difícil datación, se cree que estas pinturas prehistóricas, descubiertas en el año 1914, pertenecen al denominado período Solutrense, del Paleolítico Superior, hace unos 18.000 años. Tiene unos 60 metros de largo. Consta de diversas estancias cuyo recorrido comienza con la denominada Galería de Entrada.
El salón de los Grabados contiene el panel más importante de la caverna: el Muro de los Grabados, de unos seis metros de largo por ocho de ancho. Posee una compleja composición de figuras en las que están representados ciervos, caballos, bisontes, cabras, un rebeco y otros animales de difícil identificación. Las técnicas utilizadas son variadas, mezclando la pintura y el grabado. El Camarín, en el fondo de este salón, es quizás el conjunto más espectacular de la cueva.
En lo alto de una cascada estalagmítica se descubre este lienzo de pared en el que se representan bóvidos, caballos, una cabra y una figura incompleta de toro. En este mismo salón se encuentra, también, el Talud Estalagmítico, un mural con figuras de caballo que precede el acceso a la Galería de las Batiscias. En la Sala de los Signos Rojos se representaron signos en forma de puntos, líneas y otros símbolos que algunos interpretan como femeninos y masculinos.
Mas de 100 años del descubrimiento de la cueva. Un gran ejemplo del arte rupestre paleolítico del Norte de España.
La Cueva de La Peña se encuentra en San Román (Candamo), en el curso bajo del río Nalón, próxima a su desembocadura y se trata de la cavidad con arte paleolítico más occidental de todo el continente europeo.
Se abre en la base de un cerro calizo y consta de una pequeña galería que desemboca en una gran sala, completando unos 70 metros de longitud. El espacio artístico (parte del gravetiense y alcanza el final de magdaleniense) se ubica en el Salón de los Grabados, con seis paneles.
La cueva y sus pinturas debieron de tener un sentido mágico-ritual, a tenor de las habituales interpretaciones de este tipo de arte. Además, en su interior apenas se encontraron restos ni utensilios propios de haber hecho vida dentro de la cueva.
Destacan en él el Muro de los Grabados, por contar con el mayor número de imágenes y la organización más compleja con superposiciones, y el Camarín, una oquedad elevada con representaciones de caballos y bóvidos, dispuestas para ser vistas desde la propia sala, lo que demuestra una clara y atractiva concepción escenográfica.
El Centro de Interpretación y Aula Didáctica de la Caverna de Candamo se ubica en el restaurado Palacio de Valdés-Bazán, una magnífica obra civil del siglo XVII, en donde se muestran reproducciones a escala natural de los tesoros de la caverna, junto con un sistema multimedia que desarrolla el arte parietal de la cornisa cantábrica.
Paleolítico. Cueva de la Peña de Candamo
La Cueva de Candamo o la Caverna de la Peña de Candamo está situada en el concejo asturiano de Candamo en el pueblo de San Román. Desde julio de 2008 está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco
Descubrimiento e Investigación:
Conocida desde antiguo por los habitantes de la zona, el descubrimiento científico tiene lugar en 1914 cuando Eduardo Hernández Pacheco (Catedrático de Geología de la Universidad Complutense) identifica la existencia de pinturas y grabados. Casi simultáneamente, el Conde de La Vega del Sella (importante prehistoriador asturiano) reconoce la cavidad identificando su arte. Tras un intercambio de informaciones entre ambos, será el primero de ellos el que se encargue de su investigación y de la publicación del arte en 1919, constituyendo una de las más completas monografías publicadas sobre el arte paleolítico del área cantábrica.
La importancia de su arte fue rápidamente reconocida y motivó la declaración de Monumento Nacional en 1942. Acondicionada para la visita pública y sin un control efectivo sobre la misma, el trato recibido por los grabados y las pinturas motivó un gravísimo deterioro que obligó, en 1980, al cierre de la cueva y a la realización de estudios centrados en la conservación y recuperación medioambiental de la cavidad. Tras más de una década de reposo y recuperado su equilibrio interno, la cueva fue reabierta al público a finales de los años 90 del pasado siglo.
Descripción de la cueva
La cueva se localiza en el curso bajo del río Nalón, muy cerca de su desembocadura, y constituye la cavidad con arte paleolítico más occidental del continente europeo.
Se abre en la base de un cerro calizo, conocido como La Peña, y presenta una planta de unos 70 m de longitud. El acceso se realiza a través de una pequeña sala agrandada artificialmente para la recepción de los visitantes que comunica con una galería en la que en su parte derecha, y a una cota inferior, se encuentra una pequeña sala en cuyo techo se conservan diversas representaciones de carácter esquemático en color rojo (Sala de los Signos Rojos). Esta galería conduce hacia el espacio o sala principal de la cavidad donde se encuentra la práctica totalidad del conjunto artístico de la cueva (Salón de los Grabados). Esta sala, que sorprende tanto por su amplitud como por su altura, se encuentra delimitada perimetralmente por un conjunto de imponentes formaciones geológicas (columnas, coladas y concreciones estalagmíticas). En uno de sus extremos se abre una pequeña sala (Galería de las Batiscias), denominada así por la abundancia de insectos cavernarios presentes en la misma; tradicionalmente se indicaba la ausencia de representaciones paleolíticas en la misma, pero investigaciones recientes apuntan a la existencia de un pequeño contenido gráfico.
Cronología artística:
Pinturas correspondientes a los periodos Solutrense y Magdaleniense.Localización de la Cueva de la Peña de Candamo
Situada en el municipio de Candamo, la boca de la cueva aparece en un cerro de calizas carboníferas, La Peña, a unos 180 m de altitud; es la cueva con arte rupestre paleolítico más occidental de Europa. Mide unos 60 m y a ella se accede por una abertura artificial situada en una pequeña sala de recepción de visitas que comunica con el exterior. La galería principal, de unos 20 m, comunica a la izquierda con un espacio lateral de dos niveles de altura sin interés arqueológico, y a la derecha con una sala, la Sala de los Signos Rojos, a la que se accede por una fuerte pendiente, y que presenta varios signos de dicho color; al fondo, la galería presenta tres estancias, el Hornito a la derecha, sin interés arqueológico, la Ventana, frente a la puerta de acceso, y un paso alterado para permitir el acceso al Salón de los Grabados, cuya vista panorámica se ve desde la Ventana.
El Salón de los Grabados, de 24 x 17 x 15 m, rodeado de impresionantes formaciones geológicas, es la sala principal de la cueva. Frente al acceso al mismo hay una galería, conocida como Las Batiscias, debido a los insectos cavernícolas que presenta. El Salón agrupa la mayor parte de los representaciones artísticas de la cueva, y desde el acceso al mismo, en sentido contrario a las agujas del reloj, aparecen los sectores que Hernandez Pacheco describió: el Mogote Estalagmítico, el Muro de los Grabados, El Talud Estalagmítico (una pared lisa que forma ángulo con el Muro de los Grabados), el Camarín y el Panel de la Cabra.
Descubrimiento e investigación
En 1914, cuando Hernández Pacheco excavaba en la cueva de la Paloma, también en la cuenca del Nalón, llegó la noticia de la existencia de una caverna con arte en el sitio de San Román. Pocos días después de la visita de Hernández Pacheco, otro ilustre prehistoriador, el conde de la Vega del Sella, se acercó a conocer sus representaciones artísticas. Si bien el segundo, que cerró la cueva para preservar las pinturas y descubrió parte de las mismas, fue Hernández Pacheco quien realizó la primera investigación, cuyos resultados se publicaron en 1919.
La cueva de la Peña de Candamo era ya conocida en el siglo XIX por los habitantes de la zona, pero era demasiado temprano para poder apreciar el significado de las pinturas que adornaban las paredes de la cueva. En Octubre de 1914 aparece la primera noticia sobre la cueva en el Boletín de la Real Sociedad Española de Historia Natural. En el año 1919 se publica una monografía que lleva por título La Caverna de la Peña de Candamo. La importancia artística de la cueva fue reconocida universalmente. Declarada Monumento Nacional y acondicionada para la visita, fue explotada de un modo tan irracional que, junto al trato que recibieron las pinturas y grabados, degradaron de un modo gravísimo el estado de conservación de los mismos (se llegó incluso a ofrecer misa en su interior, con una figura de la Virgen en el núcleo del Camarín). Esto obligo al cierre de la cueva a los visitantes, y a iniciar estudios sobre las condiciones ambientales en el interior de la gruta ( alteraciones de la temperatura, humedad, colonizaciones vegetales y concentración de CO2). Esta etapa de cierre permitió una relativa recuperación de las condiciones naturales de la caverna lo que permite que sea abierta a los visitantes, con numerosas precauciones que impidan su destrucción. Está incluida en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde julio de 2008, dentro del sitio Cueva de Altamira y arte rupestre paleolítico del Norte de España.
Contenido artístico
Las representaciones de la Cueva de la Peña de Candamo se distribuyen en dos zonas claramente separadas: la Sala de los Signos Rojos y El Gran Salón o Salón de los Grabados.
Sala de los Signos Rojos
Esta sala de difícil acceso, y que por tanto no se muestra en las visitas, presenta trazos lineales aislados y tres figuras esquemáticas pintadas en rojo. Están muy alteradas por alteraciones de época moderna. Una de las figuras tiene forma triangular, formada por tres líneas algo curvadas en el centro y que no se tocan en los extremos; a su derecha hay otra aparece otra formada por dos líneas algo incurvadas, similares a << y con los extremos unidos; bajo ellas hay un signo formado por tres líneas curvas, excesivamente difuminadas hoy día, y a la derecha de los mismos una mancha circular roja.
El Salón de los Grabados o Gran Salón
El Salón de los Grabados presenta representaciones en cinco lugares, teniendo dos de ellos una marcada escenografía, como el Camarín y el Panel de la Cabra.
El Mogote Estalagmítico
Situado a la derecha del Muro de los Grabados, se trata de una colada estalagmítica no muy alta y en la que, según Hernández Pacheco, entre varios trazos confusos se diferencian dos cabezas de caballo y la representación de una cierva, junto con signos lineales simples o agupados, entre ellos uno largo y recto en cuyo extremo convergen otros dos más pequeños, a modo de flecha.
Muro de los Grabados
De unos seis metros de largo por unos ocho de alto, en el Muro de los Grabados, por encima del zócalo estalagmítico de base, se encuentran dos grandes agrupaciones de pinturas y grabados, aparentemente unidas por algunas de las figuras aisladas, y sobre un fondo rojizo natural; una gran grieta oblicua realiza la división de los sectores. No es fácil distinguir muchas de las figuras grabadas sobre la roca. En muchos casos las líneas se entremezclan y confunden en una maraña de grabados que hacen muy trabajosa la identificación de las representaciones. Más aún después del grave deterioro sufrido, no tanto por el paso del tiempo, como por el trato irracional a que se vio sometida la cueva.
- Sector derecho. Dos figuras de toro en color ocre destacan en la parte superior derecha, asociadas a grupos de puntos negros, salvo unos ocres situados encima de uno de los cuernos, algunos de los cuales fueron repintados posteriormente de negro. A la izquierda aparecen más representaciones más o menos completas de toros, algunas reducidas a la cornamenta. El resto está formado por puntos negros, trazos lineales rojizos y varias representaciones grabadas y cuya interpretación es difícil: aparecen 3 toros, 2 bisontes, 2 ciervos, 1 cabeza de jabalí? y 2 caballos; de estas figuras destacan:
- El gran toro central, de 180 cm de longitud, realizado con múltiples trazos en perfil izquierdo y en la parte central del sector.El ciervo con la cabeza vuelta, de 120 cm de longitud, fue grabado inicialmente; la cabeza, cuello, pecho, vientre y cuartos traseros fueron grabados con haces de líneas para dar sensación de volumen; luego, trazos de pintura negra dan volumen y realzan otros detalles. Es una figura muy expresiva, y que se ha interpretado como un ciervo herido por 6 lanzas representadas por otros tantos signos rectos que convergen en el cuerpo del animal, que vuelve hacia atrás la cabeza y abre la boca para bramar
Sector izquierdo. En esta parte, centrada en el conjunto del panel y en alto, una cierva pintada en negro preside el panel. En la parte central de este sector, como en el anterior, hay una superposición muy compleja de figuras tanto pintadas como grabadas; así, aparecen 2 toros (uno grabado y otro pintado en rojo), 3 ciervos grabados y pintados, dos caballos (uno grabado y otro pintado en rojo), un antropomorfo pintado en negro, y dos figuras de forma curva, grabadas, una de las cuales se ha interpretado como una foca que se superpone a un gran toro central, de 228 cm, grabado y pintado en negro, que al igual que el del sector derecho, es robusto, de perfil izquierdo, y ocupa gran parte del sector. También aparece la representación de un gran ciervo que presenta la cabeza levantada y la boca abierta, que fue grabado y pintado en negro; una línea negra larga en el cuartro trasero aparenta una lanza.En la parte superior izquierda aparecen, superpuestas, una cabeza roja de cierva, dos ciervos grabados, dos bisones (uno casi completo en grabado múltiple y otro resumido a la cabeza, pintada en negro y con rasgos humanizados), dos rebecos (en uno sólo la cabeza realizada con múltiple grabado y otro grabado y pintado), y un antropomorfo grabado en el cuerpo de un rebeco.El primer antropomorfo, pintado, de unos 50 cm de altura, tiene una cabeza en la que destaca un hocico saliente, los brazos cortos y representados por dos líneas, dirigidas hacia adelante; sus patas finalizan en una especie de círculo, como si fueses garras; presenta un falo de tamaño desproporcionado. El segundo, grabado, tiene en la cabeza un punto semejando un ojo y un pequeño trazo angular que representa la oreja; su mandíbula inferior es amplia y ancha; la cola finaliza en un pelotita patente. Ambos tienen rasgos animales y humanos.A pesar de la maraña de grabados y pinturas, se trata de un panel equilibrado, presidido por los dos toros afrontados, similares, y por los dos ciervos, que miran a la derecha.
Talud estalagmítico
Imnediatamente tras el Muro de los Grabados aparece el Talud estalagmítico; es una gran colada estalagmítica con superficies lisas en las que se realizaron varias representaciones artísticas que fueron posteriormente cubiertas por una costra caliza blanca que ha sido algo limpiada para permitir la observación de las figuras. Aparecen trazos negros poco claros, pero es un caballo en perfil derecho, algo grabado pero pintado en rojo oscuro, el que protagoniza esta parte de la Cueva de La Peña de Candamo.
El Camarín es una hornacina entre dos impresionantes coladas estalagmíticas que se abre en la parte más alta del Salón de los Grabados. Una composición de varias figuras nos muestra representaciones de distintos caballos a los que se asocia la de un toro. Destaca la figura del caballo pintada con color ocre; creado para ser visto desde la planta de la cueva, ha sido considerada desde siempre como el emblema de la Cueva de Candamo. Además del caballo, según Hernández Pacheco, aparecen otros tres caballos, un toro y un bisonte. La figura del bisonte hoy no existe, y de los tres caballos dos se ven bien, pero el tercero, situado a la derecha del caballo principal y pintado en negro, es hoy día un recuerdo ya que no queda nada del mismo.
El Panel de La Cabra
A la izquierda del Camarín, en una parte del muro lisa pero también rodeada de formaciones geológicas, destaca la figura en negro de una cabra. En su izquierda hay columnas, y al menos en cuatro de ellas aparecen discos rojos que fueron realizados con la mano y en los que se pueden apreciar incluso los nudillos del artista que los realizó.
Cronología
A primeros y mediado de siglo fueron Hernández-Pacheco y Jordá, respectivamente, quienes llevaron a cabo la investigación arqueológica. Ésta se realizo en la entrada antigua de la cueva, muy cerca de por donde se entra ahora a la cueva. El primero adscribió a principios del Solutrense el material lítico hallado, pero no descartó la posibilidad de que materiales localizados en niveles revueltos dataran de épocas diferentes; la investigación posterior de Jordá permitió confirmar la existencia de de niveles del Magdaleniense Inferior, momento en el que se produjo el colapso que cegó la entrada original de la cueva; Jordá también planteo la posibilidad de una presencia del Auriñaciense.
Jordá hace en su obra de 1963 un breve resumen de la historia de la cueva: En primer lugar, pudo ser visitada por los pueblos auriñacienses, que no vivieron en ella. Posteriormente fue visitada y habitada por los solutrenses, que trazaron la mayor parte sus pinturas y grabados. Finalmente fue lugar de habitación de los magdalenienses inferiores. Por consiguiente y de acuerdo con las modernas cronologías, las obras de arte de la Peña de Candamo debieron de realizarse entre los años 20000 y 12000 AC.
Las fases artísticas
Las líneas generales de las fases artísticas de la Peña de Candamo ya fueron establecidas por Hernández-Pacheco.
1ª etapa: se incluyen en ella todas las figuras de trazo rojo y línea fina, los signos rojos de la sala de la entrada y las figuras de los toros del centro del Muro de los Grabados, además del antropomorfo grabado en el mismo panel. Etapa del Auriñaciense.
2ª etapa: cierva en rojo del panel alto a la izquierda del Muro de los Grabados. Figuras de trazo simple. Adscritas al Auriñaciense o quizás al Solutrense.
3ª etapa: figuras de trazo negro fino. Toros grandes grabados. Entre las figuras en negro de esta etapa destaca la cabeza de bisonte, posiblemente máscara, de la parte izquierda del Muro de los Grabados. Todas estas figuras podrían ser de comienzos del Solutrense, ya que ofrecen rasgos propios, tales como el grabado a trazo múltiple.
4ª etapa: figuras en siena de trazo ancho. Figuras grabadas a trazo múltiple y modeladas con negro o siena. Grabados estriados. Entre estas figuras se incluyen los rebecos, el caballo y ciervos estriados y realzados en negro y los toro siena del Muro de los Grabados, así como el caballo del Camarín. Son solutrenses.
5ª etapa: figuras en negro de trazo discontinuo y difuminado. Tales la cabeza de caballo en negro, muy borrosa, del Camarín, y la cabra montés, de la hornacina cerca del mismo. Deben atribuirse al Magdaleniense inferior.
6ª etapa: grabados toscos y profundos. Puntuaciones en negro. Deben incluirse en el Magdaleniense Inferior.
La datación con C14 ha aportado resultados inconsistentes debido a la gran contaminación que sufrió la cueva durante la etapa moderna, y también porque muchas pinturas fueron repintadas en épocas posteriores en otros tonos.
Conservación
Desde el temprano descubrimiento en 1914 de las pinturas y grabados de la cueva de Candamo, éstas han pasado por diferentes vicisitudes de conversación. La visita indiscriminada y el trato, muchas veces inapropiado, la deficiente instalación de puntos de luz ... hicieron que el temido "mal verde" apareciese. Colonias de helechos, de musgos, de algas azules y de algas verdes se fueron extendiendo, sobre todo, en el Muro de los Grabados. El microclima interior en lo referente a la temperatura, a la humedad relativa y a las concentraciones de dióxido de carbono se fue alterando hasta lograr niveles preocupantes para la conservación de las pinturas.
En 1980 La Dirección General de Bellas Artes del Ministerio de Cultura decide el cierre de la cueva y se encarga un estudio a los Drs. Fortea Pérez, Hoyos Gómez y Soler Javaloyes conducente a la determinación de las medidas a tomar para el restablecimiento de los valores ambientales de la cueva y la eliminación del "mal verde". Hasta 1992 la Caverna de La Peña de Candamo permanece cerrada al público y se logra la regresión completa de las poblaciones de musgos, de plántulas de helechos y de algas, gracias a la eliminación de los puntos de luz. Durante el año se abre experimentalmente a un grupo diario de 15 personas durante un mes y en la actualidad solo pueden visitar la cueva 25 personas diarias durante tres meses al año.
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